Las Monedas del Evangelio

May 21, 2025

 Este breve estudio sobre las monedas que se citan en el evangelio nos ha ayudado a comprender un poco más las enseñanzas de Jesús. Conocer el valor de cada una de ellas nos permite una mayor objetividad para entender el mensaje que el Señor da en esos pasajes. Por eso lo titulamos “Un tesoro para profundizar”.

 II PARTE – El Denario

Moneda romana de 3,85 gr. de plata, de uso común y equivalía al salario diario de un trabajador o de un soldado. En época de Jesús, tenía un valor similar a la dracma griega. Es la moneda que permite una mejor comparación con las de aquel tiempo y las actuales. Es la más citada en el Nuevo Testamento: once veces. 

Tributo al César de Massaccio (1426-27)

Tributo al César de Massaccio (1426-27)

 

Citas del evangelio: 

Mateo, 18, 28: parábola de los talentos el compañero del siervo debía cien denarios. 

Mateo 20, 1-16: un propietario que contrata a unos trabajadores por un denario al día.

Mateo 22, 15-22. Marcos 12, 15 y Lucas 20, 20-25 preguntan a Jesús si es lícito pagar el tributo al César.

Marcos 6, 35-37 y Juan 6, 1-12: primera multiplicación de los panes. “200 denarios de pan no bastan…”

Denario

Denario

Marcos 14, 3-9 y Joan 12,1-7: Unción en Betania. “Por 300 denarios se hubiera podido vender el perfume”.

Lucas 7, 41-43: prestamista que tenía dos deudores. 

Lucas 10, 30-37: parábola del Buen Samaritano.

Tal como el mismo evangelio dice, el valor de un denario era lo que correspondía al jornal diario de un trabajador del campo. Este valor es el que nos permite comparar al precio que en la actualidad podría asemejarse. Hemos calculado estos datos teniendo en cuenta el sueldo base diario en España en 2021 (32,17 euros) 2024 (37.8 Euros)

Por tanto doscientos denarios de pan necesarios para alimentar a la muchedumbre serían hoy cerca de seis mil 7560 euros. Una cantidad que evidencia las cifras del evangelio, que dice que el Señor dio pan a más de 5000 hombres.

El uso del denario en la parábola de los trabajadores en la viña ilustra que la recompensa en el Reino de Dios no se basa en la cantidad de trabajo o el tiempo invertido, sino en la generosidad y gracia de Dios.

El perfume que la mujer de Betania rompe en honor a Jesús, dice el evangelio que podría haberse vendido por trescientos denarios. En la actualidad serían unos diez once mil euros. Es un precio muy elevado para un perfume.

Maestro Fiammingo,” La donna di Betania” 1510–1520, Budapest

Maestro Fiammingo,” La donna di Betania”             1510–1520, Budapest

El tributo al César lo había implantado Pompeyo en el año 63 a.C al someter el país a Roma. Judea quedó sometida a varios impuestos: territoriales, sobre artículos y también personales. Entre ellos había sobre la renta y sobre cada uno de los individuos llamado “tributum capitis” que marcaba la dependencia de la persona respecto a Roma. Este es el tributo al que hacen referencia los pasajes del evangelio. Era un importe anual de un denario (hoy sería 32,17 euros– España). No suponía una excesiva carga económica pero sí moral por la sumisión a un emperador gentil lo cual, era mal visto por los judíos más exigentes. Los saduceos –clase eminentemente sacerdotal, con su tendencia helenística y más acomodados a las condiciones políticas creadas por Roma, admitían la licitud del pago bajo determinados aspectos. Incluso ofrecían cada día un sacrificio en el Templo pidiendo por la salud del emperador. Algunos de ellos formaban parte del partido de los herodianos partidarios de la monarquía de Herodes y amigos de Roma.  Una secta opuesta a la anterior era la de los fariseos laicos que se consideraban más fieles a la tradición, entre ellos estaban los “zelotes” intransigentes y fanáticos. Veían el impuesto ilícito y sacrílego. Se pusieron de acuerdo las dos sectas para comprometer a Jesús que según contestara podía ser denunciado por el pueblo o por los romanos.  La respuesta de Jesús llena de sabiduría divina nos enseña la relación e independencia que debe haber entre la Iglesia y la comunidad política. La Iglesia nos dice: “Cada una en su ámbito propio, son mutuamente independientes y autónomas. No obstante, las dos, aunque por título diverso, están al servicio de la vocación personal y social de los propios hombres. Tanto más eficazmente ejercerán este servicio en bien de todos, cuánto mejor cultiven entre ellas una sana colaboración”(cfr. Vaticano II. Constitución Gaudium et Spes, n.7.)

El denario en los Evangelios se utiliza para enseñar lecciones profundas sobre la justicia de Dios, la gracia, la responsabilidad cívica y espiritual.

Por Josep M.Vilar en su libro “Les Monedes del Evangeli”y Maria Vilar Vinyeta (coordinadora del grupo de Trabajo del Campus de la Experiència de la Universitat Internacional de Catalunya

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